domingo, 18 de octubre de 2009

La Humillación de los 1000

Es de suponer que a nadie le gusta la idea de rebajarse, ni de que le rebajen. Sin embargo, vivimos en una sociedad laboral en que, al parecer, triunfa el mileurismo. Las encuestas sin fundamento informativo de los telediarios, esas que van a buscar la opinión a pie de calle, nos traen las caras resignadas, las sonrisas de “qué se le va a hacer” de los que han tenido que conformarse con 1000 e incluso con menos. “Son los tiempos que corren”, y ahora hay que añadirle la crisis, “suponemos”.
Así que gran parte de nosotros, sobre todo los que vivimos en las grandes y caras ciudades, estamos jodidos. Condenados a bajarnos los pantalones y a vivir esclavizados. Porque la vida en la gran ciudad con 1000 euros no es vida, es supervivencia. Tenemos de todo, alegamos: cines, tiendas , teatro, restaurantes, cultura… Sí, tenemos de todo lo que cuesta dinero.
Cuando vivir solo o formar una familia se convierten en lujos, más que en derechos; cuando ahorrar o forjarse un mínimo de seguridad patrimonial es una utopía, entonces es que somos esclavos de la vida al día, que nunca podremos escapar ni prosperar. Pese a nuestra formación, pese a nuestro esfuerzo, pese a nuestro trabajo, somos y seremos esclavos de los 1000 euros. Obreros, carne de cañón, un mal menor, un soplo en el tiempo. No seremos nada.
Ahí reside el truco de la esclavitud proletaria, me figuro. Nunca puedes llegar a tener nada que te permita decir no a otras cosas. Todo tiene que ser sí. Sí, jódame usted.
Los 1600, los 2000… atan al consumo, al snobismo de clase media, es un dinero que ata por la necesidad de seguir ganándolo. Pero al menos puedes desconfiar un poco, guardar algo por si un día hay que decir no.
Los mil, los rondando los mil y por un trabajo que no te hace sonreir, por un trabajo forzado, creo que suelen ser un abuso y una humillación en esta sociedad que ya está acostumbrada a agachar la cabeza. Es la La Humillación de los Mil.

Abé (ProductoDelEgo)

sábado, 17 de octubre de 2009

Zona verde

Zona verde, azul… ¿os habéis dado cuenta que casi todas las soluciones que encuentran las administraciones implican el pago de algún impuesto? O lo que es lo mismo, todo lo enfocan a recaudar más. Este es uno de esos casos. En las grandes ciudades tenían problemas de aparcamiento en las zonas céntricas debido a que mucha gente de fuera tiende a acudir allí para hacer gestiones, comprar o trabajar. Estamos de acuerdo en que hay que buscar una solución, pero qué casualidad, no se les ocurrió construir parkings públicos o tomar algún tipo de medida que diera un respiro al bolsillo del ciudadano. Enseguida piensan en cómo aprovechar la congestión de vehículos para recaudar más e inventan la zona azul. Así los choches no estarán parados mucho rato en el mismo sitio. En este caso la idea no es del todo mala, más aparcamiento y menos tráfico en las zonas céntricas. La cuestión vino después, cuando los Ayuntamientos vieron en este sistema un chollazo de gran magnitud. Sólo había que ampliar el radio de negocio con la zona verde. Incluso debieron pensar que hacían un favor a los vecinos colindantes con el centro, que seguro estaban notando la avalancha de coches aparcados gratuitamente en su barrio huyendo de la marea azul.
Así fue como las pintadas en las pintadas verdes en el suelo fueron extendiéndose zona colindante tras zona colindante, hasta barrios en los que hasta entonces había funcionado a las mil maravillas la ley del que llega primero aparca. Pero es que incluso la moda traspasó fronteras para instalarse en pequeñas localidades que hasta entonces hubiera sonado a chiste presupuestar un parquímetro.
El resultado final es simple: seguimos sin poder aparcar en nuestros barrios porque los coches no se los ha llevado el viento, pero estamos pagando dos euros al mes de un nuevo impuesto, más tres o cuatro euros más cada vez que salimos de casa conduciendo. ¿Qué hacemos los miembros de la Generación Pasiva antes esto? Pues pensamos que qué putada, sólo hacen que pintar zona azul y destinar a hombres y mujeres con chaqueta fosforito para controlar a diario que todos pasemos por el aro, ¿pero cómo ha quedado el Barça?

Man

¿Tan bien vivimos?

Muchas veces me pregunto, “¿tan bien vivimos?”, y me lo pregunto porque observo cómo poco a poco nos hemos convertido en una sociedad pasiva. Me pregunto si eso es culpa de nuestra generación, a la que a partir de ahora denominaré Generación Pasiva. La Generación Pasiva no distingue de clases sociales, todos son pasivos. Las clases bajas se preocupan de sobrevivir, que no es poco; las clases medias están preocupadas con Belén Esteban, los Ordóñez; etc… así como con el fútbol y demás deportes. Los intelectuales están muy ocupados intentando conseguir la peli del último director de moda, la última cafetera imprescindible para ser cool o la última trilogía de moda: “¿te imaginas que tengo que decirles a mis amigos que no la he leído?”. Luego están las clases altas y, para qué engañarnos, ésos viven aparte, y realmente bien.
Pues bien, mientras los miembros de la Generación Pasiva vivimos felices inmersos en sus distracciones, por otro lado nos van apretando las tuercas cada vez más sin que sepamos reaccionar o reaccionando con sumisión. Quitan aparcamientos en las ciudades y el resto lo ponen de zona azul, suben los impuestos; está el omnipresente cambio climático (cuya capacidad para hacer subir los impuestos merecerá una mención aparte); la Sgae, esa misteriosa organización que cobra el dinero que le place por lo que le place como si fuera un impuesto revolucionario (¿pertenece al gobierno o está por encima de él?, porque a ésos no hay quien les chiste). Y podemos seguir con los contratos basura, el impuesto de sucesiones, el trabajo público con sueldazo (o sueldo de persona humana) que le dan a dedo a la hermana de la princesa y tantas y tantas cosas que nos cuelan por nuestra pasividad.
En el blog comentaremos todos estos temas ante los que no se puede estar parado y me gustaría que se uniera mucha gente al blog y que hicieran sus comentarios. Posiblemente sea un proyecto demasiado ambicioso, pero lo ideal sería crear una asociación, para que por fin nuestra Generación Pasiva sea, al menos, un poco menos pasiva.

Man

domingo, 4 de octubre de 2009

Movimiento Pasivo

Este es un blog que nace en Barcelona como respuesta al ahogo de la zona verde, contra el enchufe de la hermana de Letizia Ortiz en una institución pública cuando casi el 20% de la población currante está parada... Opuesto al ensimismamiento que nos produce, no sólo la tele basura, tan fácil de atacar, sino también la cultura masiva del consumo de tecnologías de moda, de series de moda, de cine y libros en los supermercados de la cultura y que ciegan al colectivo profesional, ese que debería tomar la palabra, convirtiéndolo en inepto para la queja social y en esclavo de su estilo de vida, con cenas divinas por más de 20 euros los jueves, gintonics los viernes y charlas elevadas todos los días pero sin un ápice de voluntad de hacerse escuchar. La cultura debe agrandar nuestro punto de vista y darnos instrumentos para la crítica y el análisis, no puede servirnos de excusa para mantenernos al margen.